Al inicio de nuestra andadura en la Asociación de Familiares y Enfermos “Parkinson Bahía de Cádiz”, comenzamos con el taller de estimulación cognitiva con ejercicios de lápiz y papel.
Aunque no les disgustó mucho, sí que hubo algunas reticencias, las normales de las personas de mayor edad, que por circunstancias de la vida han tenido menos posibilidades de adquirir la educación con la que hoy en día contamos todos. Estas reticencias también aparecieron cuando se comenzó con la estimulación cognitiva informatizada.
La idea de ponerse ante un aparato tan moderno y complicado les asustaba, sin embargo, una vez que comenzamos a trabajar y vieron que se les facilitaba el trabajo, ya que simplemente tenían que tocar el lugar correcto de la pantalla, hizo que su interés cambiara notablemente, y que llegasen día tras día, preguntando cuándo les tocaba hacer el ordenador. Estaban ilusionados, y se contaban entre ellos las reacciones de nietos y demás familiares al saber que ellos, también trabajaban con los ordenadores.
Otra gran ventaja que descubrieron aquellos que tenían dificultades con la escritura, o que como dije antes, por circunstancias de la vida no sabían escribir, era que al trabajar con el ordenador ellos eran más independientes, lo cual les hizo mostrar más interés por otras partes del ordenador como el ratón y el teclado, comenzando así a trabajar con estas herramientas que la tecnología nos ofrece.
Aunque no les disgustó mucho, sí que hubo algunas reticencias, las normales de las personas de mayor edad, que por circunstancias de la vida han tenido menos posibilidades de adquirir la educación con la que hoy en día contamos todos. Estas reticencias también aparecieron cuando se comenzó con la estimulación cognitiva informatizada.
La idea de ponerse ante un aparato tan moderno y complicado les asustaba, sin embargo, una vez que comenzamos a trabajar y vieron que se les facilitaba el trabajo, ya que simplemente tenían que tocar el lugar correcto de la pantalla, hizo que su interés cambiara notablemente, y que llegasen día tras día, preguntando cuándo les tocaba hacer el ordenador. Estaban ilusionados, y se contaban entre ellos las reacciones de nietos y demás familiares al saber que ellos, también trabajaban con los ordenadores.
Otra gran ventaja que descubrieron aquellos que tenían dificultades con la escritura, o que como dije antes, por circunstancias de la vida no sabían escribir, era que al trabajar con el ordenador ellos eran más independientes, lo cual les hizo mostrar más interés por otras partes del ordenador como el ratón y el teclado, comenzando así a trabajar con estas herramientas que la tecnología nos ofrece.
Juan Pedro Martínez Tocino
Psicólogo Párkinson Bahía de Cádiz
Psicólogo Párkinson Bahía de Cádiz
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